Vivimos en un mundo que, por sus características, tiende a hacernos obesos. La comida rápida, la limitación de tiempo para hacer ejercicio, la mala o nula educación nutricional o la terrible tendencia a estar mucho tiempo en el celular, solucionando nuestro día a día por medio de apps, son algunos de los factores que han moldeado nuestras culturas y por ende nuestra forma de alimentarnos.
Hoy en día existen más factores para ser obeso que para no serlo y el problema es que esta enfermedad cada día la vemos con mayor aceptación y con menos seriedad, cuando en realidad la obesidad se ha convertido en una tendencia mundial, alcanzando proporciones inimaginables, cada año más de 3 millones de personas mueren a causa de las complicaciones que surgen del sobrepeso y obesidad, esta cifra va en aumento cada año. (Organización Mundial de la Salud, 2018).
La obesidad no discrimina
Esta enfermedad ataca a todos los sectores de la población sin importar su género, edad, nivel socioeconómico, preferencias, profesiones o religiones. Es una epidemia que está arrasando lentamente con nuestras vidas. No solo por el evidente problema de salud que implica la obesidad o el sobrepeso, sino que son una puerta muy grande de acceso a otras enfermedades, tales como:
- Evento Vascular Cerebral (Derrames cerebrales)
- Enfermedad coronaria
- Diabetes tipo 2
- Algunos tipos de Cáncer
- Hipertensión (presión arterial alta)
- Dislipidemia (por ejemplo, niveles altos de colesterol o triglicéridos)
- Enfermedades del hígado y la vesícula
- Paros respiratorios
- Artrosis (Perdida de movilidad y dolor)
- Alteraciones menstruales
- Infertilidad
Con el 72.5% de obesidad o sobrepeso, México ocupa el segundo país con más obesidad adulta en el mundo y los niños no se quedan atrás, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia cataloga a México como el país con mayor obesidad infantil del mundo. En México 1 de cada 2 niños está en riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 (Vanguardia, 2019).
La obesidad sale cara ¡muy cara!
La obesidad y el sobrepeso provocan altas pérdidas económicas y reducen la competitividad de un país, representan un gasto enorme para tratar todas las enfermedades que provoca y hay inmensa pérdida de productividad laboral.
Por ejemplo, en México los costos asociados con la diabetes tipo 2, ascienden a más de 85 mil millones de pesos al año. De esta cifra, 73% va directo a gastos por tratamiento médico, 15% a pérdidas de ingreso por ausentismo laboral y 12% a pérdidas de ingreso por muerte prematura. Esto equivale a la mitad del presupuesto para la construcción del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México (Alarcón and Masse, 2015). Otro claro ejemplo es que los costos que al año deja la obesidad y el sobrepeso en México, rebasan las pérdidas registradas por el robo de combustible (Valadez and Corral, 2019).
En conclusión la obesidad es un problema que afecta todas las esferas de nuestra vida y sabemos que para muchas personas es muy difícil poder enfrentarla. Por lo que recomendamos buscar ayuda profesional.
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