Los antibióticos han servido como pieza clave de la medicina moderna. Sin embargo, el abuso o mal uso pueden provocar desde complicaciones leves como la diarrea, hasta problemas de salud pública a nivel global como la resistencia antimicrobiana, por lo que su consumo responsable es hoy una prioridad.
La resistencia antimicrobiana es “la capacidad que tienen las bacterias, virus, parásitos y hongos de mantener su crecimiento o viabilidad en presencia de un antibiótico que anteriormente sí servía para contrarrestarlos e incluso eliminarlos”.
Cuando hablamos del mal uso o del abuso de antibióticos, no solo estamos hablando de problema de salud, este mal también representa un desperdicio de recursos económicos y contribuye al aumento de la resistencia bacteriana que, a su vez, incrementa los gastos.
¡No evites a tu médico!
Las personas evitan a toda costa ir al médico, menos si es por un problema que ellos consideren leve o de poca importancia y prefieren hacer una automedicación, basándose en opiniones propias o de familiares y amigos. El problema de hacer esto, es que no se tienen los conocimientos básicos para poder determinar si es necesario tomar antibiótico o no, y qué tipo de tratamiento es el que se debe implementar. Los principales factores por los que la gente realiza una automedicación irresponsable son los siguientes:
- La población no cuenta con información clara sobre los medicamentos de venta libre que puede adquirir en la farmacia.
- La mayoría de la información que tiene la población proviene de la industria farmacéutica, información muy general, que provoca que las personas consuman sus antibióticos, sin necesitarlos.
- El dominio de algunos tratamientos incorrectos, pero institucionalizados, que se usan desde hace mucho tiempo, sin ser los correctos.
- La mayoría de la población usa antibióticos para tratar enfermedades que no los necesitan, o porque tiene la creencia de que los antibióticos aceleraran el proceso de recuperación.
¡5 puntos importantes!
- Los antibióticos curan únicamente enfermedades de origen bacteriano, no una diarrea o un resfriado común.
- No se deben usar los antibióticos que sobraron de tratamientos pasados, ni tampoco compartirlos, ya que cada paciente y tratamiento son diferentes: solo el médico puede decidir cantidad y duración.
- Se debe respetar la duración de los tratamientos, aunque se crea que ya no son necesarios o que la bacteria ya no se encuentra presente en el organismo.
- Antes de tomar antibióticos es necesario consultar al médico.
- Siempre debes de informarte acerca del tratamiento y antibiótico que te recetaron, antes de tomarlo.
Estas normas son generales, sin importar la edad o género del paciente, el hacer caso omiso aumenta el riesgo de contraer una infección resistente a los antibióticos y provocar complicaciones mayores en la salud.
En México, es reciente el control de antibióticos, mismos se conseguían sin receta. Para cualquier resfriado común o diarrea nos auto-prescribíamos un antibiótico. Ahora ya se exige receta médica, pero muchas farmacias tienen su consultorio “gratis o muy barato” con médicos predispuestos a recetar antibióticos, esto lamentablemente con fines comerciales. Por esta razón siempre es importante informarse del tratamiento que se está recetando y para qué sirve específicamente el antibiótico que se va a adquirir.
Mundialmente se estima que más de la mitad de las prescripciones de antibióticos para infecciones, son innecesarias. Hay que ser consientes de que los antibióticos son herramientas médicas de altísimo beneficio, y que corremos el peligro de perderlos por hacer un mal uso o abuso de ellos.
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